Un paisaje tan mágico y característico como el que ofrece la Val d’Aran, no estaría completo si no estuviera habitado por toda la cantidad de animales que lo moran, haciendo con su existencia que el ecosistema propio se mantenga tal como es, salvaje y espectacular,como salido de un cuento.
Diferentes aves, mamíferos y amfibios comparten montaña y ríos, y hoy queremos mostraros cuáles son los más característicos del valle.
La lagartija aranesa es única en su especie y sobrevive en casi su totalidad en el macizo del Maubèrme correteando por áreas rocosas de las zonas de solana. Si tenéis suerte, las podréis encontrar a algo más de 1900 m de altura.
Otras moradoras de terrenos rocosos son las marmotas. Estos roedores despiertan de su hibernación con la llegada de la primavera y no es difícil encontrarselos si forzamos bien la vista.
La variedad de mamíferos es muy grande en el territorio aranés. Desde liebres o tejones, a animales de dimensiones más consideradas como pueden ser los hermosos rebecos, los ciervos, los corzos o los jabalís, que en muchas ocasiones se desplazan hasta los prados de los pueblos.
Sin duda, el rey de la montaña es el oso pardo, animal que se encuentra en peligro de extinción, mas que en los últimos años se están realizando labores de reinserción de la especie y cada vez se producen más avistamientos de osos con sus crías. ¡Bien!
Las aves más importantes que surcan los cielos araneses son el pito negro (un ave de la familia de los pájaros carpinteros), el enorme quebrantahuesos, las águilas reales y el mítico urogallo.