La primavera y el verano son las épocas perfectas para disfrutar de las montañas de la Val d’Aran. Para aquellos que os gustan las emociones fuertes, pero no estáis habituados a la escalada, las vías ferratas se convierten en una de las mejores opciones para disfrutar del lado más salvaje de las montañas aranesas.
Las vías ferratas son itinerarios en rocas muy verticales que permiten llegar a zonas de difícil acceso para senderistas y otros aventureros. Estas vías ferratas aranesas se encuentran equipadas con diversos materiales como presas, cadenas, puentes, escaleras colgantes y tirolinas. Son itinerarios muy seguros, ya que durante todo el recorrido se va atado a un cable mediante un arnés. La vía ferrata es una actividad perfecta para los amantes de los deportes de riesgo y, por el contrario, no son muy recomendables para aquellos que tenéis miedo a las alturas, ya que en varios puntos de éstas os podéis quedar suspendidos en el aire, pero como ya hemos dicho, siempre bajo la premisa de la seguridad.
En la Val d’Aran contamos con dos vías ferratas, la más conocida se encuentra en la pequeña localidad Unha, en el Naut Aran, denominada, el Poi d’Unha. Se trata de una de las más largas del territorio español, con un recorrido de 800 metros y un desnivel aproximado de 500 metros.
La vía ferrata Poi d’Unha está dividida en tres tramos. El primer tramo es perfecto para niveles de iniciación y cuenta con unos 150 metros aproximados. El segundo tramo, es más difícil debido a que es un tramo más aéreo. En él podéis encontrar una gran verticalidad, una escalera completamente aérea de cable y un puente tibetano de aproximadamente unos veinte metros. Para aquellos menos osados, si os da miedo este segundo tramo, la parte de la escalera y el puente tibetano se pueden evitar, accediendo hasta el tercer tramo de la vía mediante una ruta señalizada y caminando.
El tercer tramo dela vía también está catalogado como difícil, ya que discurre a través de una pared muy vertical, y conduce hasta un desplome de unos veinte metros aproximadamente, que pone a prueba la fuerza de los brazos de los más valientes. Pero la ascensión todavía no termina. Hay que seguir ascendiendo a pie siguiendo las marcas hasta los 1930 metros, donde finaliza la vía. Los más intrépidos, podéis llegar hasta la cima del Poi d’Unha, que se encuentra a 2221 metros de altura. El descenso hacia el pueblo de Unha se puede realizar a través de un canal equipado y después recorrer un pequeño sendero.
La duración total entre el acceso, el tiempo de recorrido y el tiempo de regreso es de unas 5 horas aproximadamente: 25 minutos de acceso, 3h de recorrido y el la vuelta se realiza en una hora aproximadamente.
¿Qué es lo mejor de la vía aparte de su dificultad técnica? La magnifica panorámica de la Val d’Aran, en la que se puede contemplar las vistas a las Maladeta y al Aneto.
En la Val d’Aran también podéis encontrar la segunda vía ferrata que se encuentra en Les, y de la que hablaremos próximamente en el blog. ¡Os esperamos!