Este año celebramos nuestro aniversario con todos vosotros, los que vivís en la Val d’Aran y todos aquellos que venís a pasar unas vacaciones perfectas con nosotros en este espectacular rincón de los Pirineos. Pero también lo queremos celebrar con todas aquellas familias que no tienen recursos económicos suficientes para hacer tareas que son tan cotidianas para nuestra forma de vida, como ir al colegio.

Por ello, Camping Verneda se ha unido a Bicicletas Sin Fronteras como punto de recogida de bicicletas donadas que, tras ser reparadas en sus propios talleres de inserción laboral, serán utilizadas en su proyecto Bicicletas para la Educación en Palmarín (Senegal).

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¿Qué es lo que os impulsó a desarrollar la idea de crear Bicicletas Sin Fronteras?

La idea es moverse por algo que tenga sentido en tu vida, básicamente, y las bicicletas como medio.

¿Cuándo visteis la necesidad de crear los talleres de inserción laboral?

No la inventamos nosotros sino que nos asociamos con una entidad que ya lo hacía, y veíamos que tenía más sentido para nosotros.

¿Cómo ha evolucionado el proyecto durante estos últimos años?

Cada tres meses cambia el rumbo. Es como pisar un suelo no firme y la incertidumbre es la que nos hace avanzar. No hay un formato.  Cada tres meses cambiamos una cosa que antes tenía sentido y que ahora no lo tiene porque a lo mejor tal vez no avanza.

¿Por qué se crea Bicicletas para Educación en Palmarín? ¿Qué fue lo que os llevó hasta esta región de Senegal?

Lo que nos llevó hasta esta región fue que  teníamos 4 puntos de Senegal para ir a visitar, cogimos la bici y este fue el elegido. No hay un por qué sino un para qué: nos sentimos bien, geográficamente tenía mucho sentido, tal como está ubicado el Instituto de la carretera que le une a los 4 pueblos, es un sitio que es un delta y en el último pueblo se acaba la tierra firme y comienza el mar. Bueno, todo tiene un sentido.

Senegal porque queríamos desarrollar un proyecto de cooperación internacional creado de 0 al 10 y de la A a la Z en que pudiéramos elegir ser directores de todo el proyecto: desde que se elige el Instituto, la relación con el Ayuntamiento, los receptores, las bicicletas, criterios etc…

Hasta la fecha, ¿qué es lo que más os ha emocionado en BSF?

A mi personalmente, y creo que a todos, es que el proyecto tenga sentido. ¿Y cuándo tiene sentido? Cuando realmente lo sientes y ahora lo sentimos. Tanto el proyecto nacional como internacional tienen un sentido muy potente porque tenemos una vinculación con los receptores y esto es lo que nos emociona personalmente, no el número de bicicletas y la cantidad de países sino que podamos mirar a los ojos a los receptores y que disfrutemos de nuestro trabajo.

¿Y qué es lo que más os ha sorprendido de la respuesta de la gente a vuestras acciones?

La gente nos felicita pero no estoy sorprendido de la respuesta de la gente. Ahora, si como gente hablamos de los receptores, sí: en África e India el hacer entrega de bicis cobra una dimensión sobrenatural. En la India, una vez en una aldea, una anciana de 80 años empezó a gritar que por fin dios había aparecido y era la cosa mas trascendente que había pasado en su vida ¡Entregamos unas 100 bicis!

¿Quiénes son las personas más solidarias? ¿Dónde habéis encontrado mejor respuesta de las personas?

Los que reciben son las personas más solidarias.

En África es donde hemos encontrado mejor repuesta. La gente es muy solidaria, todo el mundo es solidario en Senegal. Ahí no es necesario crear una ONG. En la India también encontramos muy buena respuesta. Pero no hay un ranking, cualquier sitio al que vamos nos atienden muy bien. En España es más difícil la respuesta emocional, y la colaboración es más compleja.

¿Por qué es tan importante participar en vuestro proyecto Bicicletas para Educación en Palmarín?

Porque hay niños de 12, 13, 14 hasta 20 años que deben andar 7 km cada día por unas pistas polvorientas con unas chancletas de plástico, sin comer, y eso explicado es duro pero vivirlo es la bomba. Lo viven resignados ya que tienen una cualidad humana para aceptar que todo está bien… ¡Increíble! Pero es duro de narices.

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Una vez recogidas todas las bicicletas, ¿cómo las transportáis hasta Palmarín? ¿Cuál es el proceso? ¿Qué entidades colaboran con vosotros de forma activa?

Vía contenedor. Las recogemos en España, las reparamos en Barcelona y las envíanos a Senegal por contenedor.  EINA ACTIVA, BICICLOT y FUNDACIÓN PLATAFORMA EDUCATIVA son las entidades que colaboran con nosotros, más un montón de empresas que nos hacen donativos económicos de los cuáles estamos encantados.

Una vez en Palmarín, ¿cómo reacciona la ciudadanía cuando os ven llegar?

Es impresionante. En Senegal una bici cuesta entre 60,00 y 80,00 euros y el sueldo de un albañil es de 80,00€. Cuando tu llegas con 300 bicis para donar, el jubilo que se despierta en una zona rural lejos de Dakar, es impresionante. Nosotros, los de laFundación, podríamos estar ahí sin pagar la comida ni el dormir durante todo el tiempo que quisiéramos porque el agradecimiento es muy sincero, es desde el corazón. Incluso la gente que no recibe bicis también nos felicitan. Este es el agradecimiento que recibimos y que nos hacen ciudadanos de Palmarín, porque hemos hecho una cosa para el pueblo y eso tiene un valor y así lo recibimos.

Ahora ya sólo faltáis vosotros con vuestras bicicletas olvidadas en el garaje o en algún rincón de la casa ocupando sitio. Familias enteras se van a beneficiar de nuestra y vuestra solidaridad en este 30 aniversario de Camping Verneda. También podéis apadrinar una bicicleta aquí. ¿Nos ayudáis a ayudar?