Desde hace unos años, algunos médicos hablan sobre el síndrome o trastorno por déficit de naturaleza. Los niños de ciudad viven en un entorno urbano, con ruido y polución. Se despiertan, desayunan, van al colegio en autobús, en coche o en metro, luego tienen mil y una actividades extraescolaresy de vuelta a casa a terminar los deberes de la escuela.

En su vida diaria apenas hay cabida para el contacto con la naturaleza. Esta falta de contacto con la Pachamama se traduce en enfermedades como la hiperactividad, la fatiga crónica o los trastornos de aprendizaje, entre otros síntomas.

Padre e hijo jugando en el río

Además, muchos padres tienden a sobreproteger a sus hijos, que no se manchen, que tengan cuidado con los bichitos, que no experimenten por ellos mismos… Todo esto los acaba convirtiendo en niños y niñas con poca autonomía, con miedo al que pasará y, muchas veces, en niños inseguros.

En las periferias de muchas ciudades se han creado centros educativos muy innovadores en los que tratan de enseñar y educar a los niños sobre la importancia que tiene la naturaleza en sus vidas. En estos centros tratan con animales, plantan árboles, crean huertos urbanos en los que remueven la tierra, se manchan… Estas actividades favorecen las habilidades físicas y cognitivas, crean pequeños más despiertos, independientes, más seguros y más concienciados con su entorno, con el lugar en el que habitan, nuestro medio ambiente.
¿Hay mejor entorno lúdico para un niño que la propia naturaleza?

Por todo esto, desde la #VidaVerneda le damos mucha importancia al contacto con la naturaleza para los más pequeños. Tenemos la gran suerte de vivir en un entorno privilegiado, los Pirineos. El camping se encuentra en pleno corazón de la Val d’Aran, franqueado por el río Garona y el bosque. Sin duda, se convierte en el entorno perfecto para que los más pequeños puedan salir a pasear, a descubrir nuevos paisajes, olores y, por lo tanto, fomentar así su amor por la naturaleza y las actividades en el medio rural.

Así, nuestras actividades infantiles se realizan al aire libre. Excursiones, gincanas, hacer cabañas escondidas en el bosque, deportes al aire libre, restregarse por el suelo, talleres de olores, malabares, entre muchas otras. Estas actividades se realizan sin el control de los padres, pero siempre supervisadas y acompañadas por un monitor, por lo que crean niños más autónomos y, por lo tanto, más vivos.

En la #VidaVerneda no sólo queremos que tengáis vuestras mejores vacaciones, sino que además, queremos que se conviertan en una experiencia enriquecedora para los más pequeños.