El Valle de Aran es un destino de montaña que cuenta con un maravilloso entorno natural, gracias a sus condiciones geográficas y climatológicas únicas. Con el paso de los años, los habitantes de sus pueblos se fueron trasladando, dejando algunos espacios cada vez más desocupados. Incluso hasta el punto de ser abandonados en su totalidad, conviertiéndose en pueblos fantasma.
Estos pueblos son los rincones idóneos para entender el estilo de vida tradicional del territorio. En el Bajo Aran, la parte más cercana a Francia, encontramos diferentes ejemplos de estas aldeas “olvidadas”. Estas se encuentran en la Val de Torán, un valle lleno de vegetación espesa y bosques húmedos, situada en la frontera con el país galo.
Imagen de la Val de Torán. Fuente: Desnivel
Dentro de este enclave, representante principal del clima atlántico, encontramos los pueblos de Bausen y Canejan. Estos pueblos, los cuales cuentan con pocos habitantes, conservan aún la esencia campestre de antaño. Desde ellos, enfrentados en su localización por el valle, se tiene una de las mejores vistas del territorio. Pudiendo observar tanto la Val de Torán como la longitud de la Val d’Aran (Artiga de Lin, montañas de Vilamós y la Maladeta).
Conectados a Canejan por pistas, caminos y carreteras, encontramos los pueblos de Sant Joan de Toran, Porcingles, Bordius y Eth Pradet. Rincones, prácticamente perdidos dentro del bosque, que nos muestran el reflejo de la vida rural y artesana que tuvieron, donde cada uno tiene una personalidad diferenciada.
Si queréis descubrir la magia que esconde la Val d’Aran ésta, sin duda, es la mejor opción. Para más información sobre las rutas y caminos, no dudéis en preguntar al staff en la recepción del Verneda Camping Mountain Resort, estamos encantados/as de resolver vuestras dudas.