La Naturaleza nos grita que la ayudemos, así que vamos a hacerlo.

Hoy os vamos a presentar algunas recomendaciones muy sencillas para pasar unas vacaciones en familia respetuosas con el medio ambiente y que, además, sirve como buen ejemplo para nuestros pequeños y pequeñas.

En el bosque de Carlac

· Duchas bailables.
En otros lugares, como en Australia, es una práctica ya arraigada a la hora de ducharse y es que CADA GOTA DE AGUA CUENTA. Debemos cuidar cada gota de agua para mantener el mundo tal y cómo lo conocemos, tal y cómo nos gusta. Por eso, una buena idea es elegir una canción bailable y ducharse en el mismo tiempo que dura esa canción. Aplicado con los/as peques de casa, puede ser un bonito juego que adquieran como hábito para siempre. ¿Cuáles tu canción de ducha?

· Paseos de recolección.
Estos paseos se pueden aplicar tanto a la montaña, como a ríos, playas y cualquier otro paisaje natural. Cada día hay más plásticos en el mundo, así que en los paseos podemos incluir una bolsa para recoger en familia todos esos desechos que no son naturales. Además de sensibilizarnos con el cuidado de nuestros lugares naturales, adquirimos mayor conciencia a la hora de consumir ciertos productos. Incluso, después de la recogida, se pueden realizar en familia collages con esos residuos, por colores y/o texturas, y fomentar la creatividad de los/as niños/as.

· Alimentación Km0.
¿Cuáles son los alimentos de temporada y de cercanía? ¿Cómo podemos salvaguardar el equilibrio de nuestros campos? Aprendiendo a comer alimentos de temporada y de cada lugar que visitamos, además de comer más saludablemente, mantenemos un equilibrio real de los campos. También podemos hacernos un mapa multicolor de estos alimentos e ir descubriendo nuevas comidas allá donde estemos. Consumir local siempre es la mejor opción.

El cambio está en nuestra mano, podemos hacerlo real. ¿Te unes al cambio?