Fuente: Torisme Val d’Aran

La Val d’Aran, igual que otros entornos naturales, no son núcleos urbanos hiper-poblados, como las ciudades. Aquí predominan los bosques, los caminos sin asfaltar, las rutas rodeadas de flora local, los escondites de nuestra fauna… Por esto es fundamental que seamos conscientes de que nuestros residuos deben ser desechados donde corresponde, en los contenedores.

Durante la temporada de vacaciones, tanto en verano como en invierno, tanto en la Val d’Aran como en otros espacios naturales, estos lugares se masifican. Nos encanta que vengáis a visitarnos y poder compartir este paraíso con vosotros y vosotras, por lo que os vamos a explicar el daño natural que puede causar no hacernos responsables de nuestros residuos.

Las colillas de tabaco.

Según National Geographic, las colillas permanecen durante doce años en la naturaleza. De hecho, los restos de una única colilla son capaces de contaminar hasta diez mil litros de agua a su paso, según un estudio alemán publicado en 2014.

La alta toxicidad de los más de 5 billones de colillas que son arrojados cada año al entorno causa una grave contaminación de los suelos, las aguas y los ecosistemas naturales. Más de 7.000 sustancias químicas tóxicas presentes en el tabaco, algunas de ellas potencialmente cancerígenas para el ser humano, impregnan nuestros ecosistemas a lo largo de los doce años que pueden tardar estos pequeños residuos en desintegrarse.

Aún sabiendo esta información, las colillas de tabaco son el residuo humano más abundante en todo el mundo. Tirar una colilla al suelo es un gesto demasiado habitual en la conciencia social, por lo que debemos empezar a entender e interiorizar la magnitud real de irresponsabilidad ambiental que supone este acto socialmente aceptado.

Residuos plásticos.

Un informe publicado por la ONG noruega GRID-Arendal en colaboración con la ONU y diversas entidades relacionadas con la montaña concluye que las alturas también están llenas de desperdicios y, como sucede con el mar, el plástico es el más abundante de ellos.

El documento, que incluye un sondeo que se recogió entre montañeros de más de 70 nacionalidades, se titula ‘Plastic on peak’ en un juego de palabras traducible como ‘El plástico en la cima’, tanto de la montaña como de los residuos encontrados en ella, y se elaboró junto con el PNUMA (Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente), la Federación Internacional de Escalada y Alpinismo y la Iniciativa de Investigación de las Montañas, entre otras organizaciones.
De acuerdo con este análisis, los residuos pueden encontrarse «en todas las cordilleras del mundo» y en todos los niveles, «desde la base hasta la cima», por lo que «tanto los habitantes como los visitantes» de las montañas exigen «más educación sobre el impacto de la basura y opciones alternativas más sostenibles y reutilizables». Puedes leer el artículo completo de Ambientum aquí.

Lo que nos queda claro de esta información es que debemos apelar a la responsabilidad individual para que durante este verano, y el resto del año, en este valle de los Pirineos y en cualquier otro lugar, cuidemos los entornos naturales, ya sean de mar o de montaña, minimizando nuestra huella ambiental y dejando los espacios que visitamos en mejores condiciones de como nos los encontramos. ¿Nos ayudas! ¡Contamos contigo!